jueves, 4 de junio de 2015

Bernabé y mi primera entrevista.


Entrevista realizada por Plaza de Autores.


"Mi carrera y el amor por el cine influenciaron fuertemente mi estilo narrativo"

La distancia suele disiparse en cada encuentro virtual con Jenny. La risa fácil, la palabra presta, el delicioso acento caribeño, anticipan las bondades de la charla. Autora de Bernabé. Memorias de un amor dislocado, recientemente editado por PRH | Sudamericana y Un gran misterio (pequeño editor), próximo a salir, nos invita a asomarnos a su intimidad creadora. 


¿Cómo entró la literatura en tu vida? 
De la voz de mi madre, alegre-cómplice-gruñona-duende, leyéndonos (tengo dos hermanos, soy la del medio), un lindísimo tomo de la enciclopedia pagada a cuotas: “El mundo de los niños”, de Salvat Editores. Pero después, cuando ya solo quedábamos mi hermano menor y yo, (él de tres años, yo de cuatro), yo alucinaba con esas maravillosas ilustraciones de la enciclopedia, me hacía la que le leía, le inventaba mis primeras mentiras, mis primeras ficciones, él me miraba serio, interesado: había cautivado a mi primer fan.

¿Escribís solo para niños y jóvenes?, ¿por qué para ellos?
Escribo para mí, para niños, para jóvenes, para viejos, por cariño, por encargo. Soy escritora de L.I.J. pero también libretista de televisión, todo lector es bienvenido. 

¿Pensás en algún lector determinado cuando escribís?
Sí, siempre cometo el error de pensar en un lector determinado cuando inicio un proyecto. Investigo, malgasto horas o días en internet elaborando complicadas listas de público objetivo, de lo que rezan los cánones, de lo que debería conquistar el corazón de los editores, de los críticos, del rating. Pero después (gracias a Dios) mi juicio regresa y escribo para mí. Por diversión, para la niña, para la adolescente, la ama de casa que decide la marca de crema a comprar. Si a mí me divierte, si me conmueve, si me enojo, entonces funciona. Después lo suelto (a veces me cuesta un montón soltar) y el universo se encarga de darle rumbo, de encontrar un lector para ese cuento, para esa novela, para ese guión.

Bernabé trata el tema de la muerte con gran naturalidad, también toma lo más poético y lo más prosaico con naturalidad, ¿cómo ves ese juego?, ¿lo trabajaste conscientemente?
En Bernabé muy pocas cosas fueron trabajadas conscientemente. Fue un libre fluir de ideas, de personajes conocidos, de gatos adjetivados. Le di una pequeña estructura que tomó forma en los anuncios del periódico de un barrio ficticio, habitado por personajes variopintos que se apropiaron de temáticas importantes. 
Adjetivos y verbos tenían la misma solemnidad, ser un poeta a punto de morir era tan importante como admitir que comer verduras chinas produce gases. Cuando escribí Bernabé no quería parar hasta llegar al final, mi panza (como la de Bernabé) hacia una bulla increíble, tuve que darle voz en la novela, tan divertida y prosaica como la gata dislocadora. 

Otro rasgo clave en la novela es su musicalidad, su ritmo. Para los lectores argentinos una respuesta rápida podría ser: “es algo inherente de los caribeños”, ¿es así?
Yo vivo en la capital de Colombia, ciudad fría, cielo gris, avenidas inundadas de autos, ¿Era ese el caribe que tenías en mente? 
La música y el ritmo de Bernabé están marcados por su protagonista. Por la métrica de un poeta sin publicar, que busca un nombre que lo reivindique, dislocado por el amor de una gata alucinada por un gallo tapatío. Encuentro-desencuentro, lluvia y tejas de barro.

Un gran misterio, tu nuevo título pronto a salir, ¿aborda alguna temática relacionada con Bernabé?
No. En Bernabé la muerte, el hambre y el amor hacían eco en los avisos del periódico. Un gran misterio es un policial, pero no es cualquier policial, es un libro álbum para niños, donde el lector debe encargarse de develar un misterio, pero esto no va a ser nada fácil pues todos los animales investigados m-i-e-n-t-e-n. 

La actividad profesional que venís desarrollando hace tiempo tiene que ver con la imagen (cine, tv), ¿en qué medida creés que influye en tu modo de escribir? 
Mi carrera y el amor por el cine influenciaron fuertemente mi estilo narrativo, no puedo escribir un cuento o una novela sin pensar en imágenes, es por eso que el formato libro álbum me seduce tanto, es lo más cercano al audiovisual. 
Los capítulos de mis novelas siempre son cortísimos, casi pensados como escenas de un guión o un libreto. Mis personajes, más que dialogar, actúan y sus acciones son poéticas o prosaicas según lo requiera el relato.

¿En qué proyectos estás ahora?
Acabo de escribir una novela para público adolescente. Es un policial, forma parte de una saga y estoy muy contenta con el resultado. 
En el área audiovisual, acabamos de escribir a tres manos una serie de televisión, un thriller que se trasmitirá en Colombia a mediados de este año, aborda una temática interesante y estoy convencida de que dará mucho de qué hablar. 
El próximo mes iniciaré un nuevo proyecto para televisión, es una serie biográfica que escribiré junto a dos reconocidos libretistas.

 ¿Algo más que quieras contarnos?
 Sí, parte de mi corazón se quedó en Argentina, mi compañero de vida es argentino, me lo traje de prestado a Colombia pero tenemos toda la intención de volver. Es posible que mi próximo escrito sea bendecido con vientos bonaerenses. Mis sueños están por esos lares, espérenme. 


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