Entrevista realizada por Plaza de Autores.
"Mi carrera y el amor por el cine influenciaron fuertemente mi estilo
narrativo"
La distancia suele disiparse en cada encuentro virtual con Jenny. La risa
fácil, la palabra presta, el delicioso acento caribeño, anticipan las bondades
de la charla. Autora de Bernabé. Memorias de un amor dislocado,
recientemente editado por PRH | Sudamericana y Un gran misterio (pequeño
editor), próximo a salir, nos invita a asomarnos a su intimidad creadora.
¿Cómo entró la literatura en tu vida?
De la voz de mi madre, alegre-cómplice-gruñona-duende, leyéndonos (tengo
dos hermanos, soy la del medio), un lindísimo tomo de la enciclopedia pagada a
cuotas: “El mundo de los niños”, de Salvat Editores. Pero después, cuando
ya solo quedábamos mi hermano menor y yo, (él de tres años, yo de cuatro), yo
alucinaba con esas maravillosas ilustraciones de la enciclopedia, me hacía la
que le leía, le inventaba mis primeras mentiras, mis primeras ficciones, él me
miraba serio, interesado: había cautivado a mi primer fan.
¿Escribís solo para niños y jóvenes?, ¿por qué para
ellos?
Escribo para mí, para niños, para jóvenes, para viejos, por cariño, por
encargo. Soy escritora de L.I.J. pero también libretista de televisión, todo
lector es bienvenido.
¿Pensás en algún lector determinado cuando escribís?
Sí, siempre cometo el error de pensar en un lector determinado cuando
inicio un proyecto. Investigo, malgasto horas o días en internet elaborando
complicadas listas de público objetivo, de lo que rezan los cánones, de lo que
debería conquistar el corazón de los editores, de los críticos, del rating.
Pero después (gracias a Dios) mi juicio regresa y escribo para mí. Por
diversión, para la niña, para la adolescente, la ama de casa que decide la
marca de crema a comprar. Si a mí me divierte, si me conmueve, si me enojo,
entonces funciona. Después lo suelto (a veces me cuesta un montón soltar) y el
universo se encarga de darle rumbo, de encontrar un lector para ese cuento,
para esa novela, para ese guión.
Bernabé trata el tema de la muerte con gran naturalidad, también
toma lo más poético y lo más prosaico con naturalidad, ¿cómo ves ese juego?,
¿lo trabajaste conscientemente?
En Bernabé muy pocas cosas fueron trabajadas
conscientemente. Fue un libre fluir de ideas, de personajes conocidos, de gatos
adjetivados. Le di una pequeña estructura que tomó forma en los anuncios del
periódico de un barrio ficticio, habitado por personajes variopintos que se
apropiaron de temáticas importantes.
Adjetivos y verbos tenían la misma solemnidad, ser un poeta a punto de
morir era tan importante como admitir que comer verduras chinas produce gases.
Cuando escribí Bernabé no quería parar hasta llegar al final,
mi panza (como la de Bernabé) hacia una bulla increíble, tuve que darle voz en
la novela, tan divertida y prosaica como la gata dislocadora.
Otro rasgo clave en la novela es su musicalidad, su
ritmo. Para los lectores argentinos una respuesta rápida podría ser: “es algo
inherente de los caribeños”, ¿es así?
Yo vivo en la capital de Colombia, ciudad fría, cielo gris, avenidas
inundadas de autos, ¿Era ese el caribe que tenías en mente?
La música y el ritmo de Bernabé están marcados por su
protagonista. Por la métrica de un poeta sin publicar, que busca un nombre que
lo reivindique, dislocado por el amor de una gata alucinada por un gallo
tapatío. Encuentro-desencuentro, lluvia y tejas de barro.
Un gran misterio, tu nuevo título pronto a salir,
¿aborda alguna temática relacionada con Bernabé?
No. En Bernabé la muerte, el hambre y el amor hacían eco
en los avisos del periódico. Un gran misterio es un policial,
pero no es cualquier policial, es un libro álbum para niños, donde el lector
debe encargarse de develar un misterio, pero esto no va a ser nada fácil pues
todos los animales investigados m-i-e-n-t-e-n.
La actividad profesional que venís desarrollando hace
tiempo tiene que ver con la imagen (cine, tv), ¿en qué medida creés que influye
en tu modo de escribir?
Mi carrera y el amor por el cine influenciaron fuertemente mi estilo
narrativo, no puedo escribir un cuento o una novela sin pensar en imágenes, es
por eso que el formato libro álbum me seduce tanto, es lo más cercano al
audiovisual.
Los capítulos de mis novelas siempre son cortísimos, casi pensados como
escenas de un guión o un libreto. Mis personajes, más que dialogar, actúan y
sus acciones son poéticas o prosaicas según lo requiera el relato.
¿En qué proyectos estás ahora?
Acabo de escribir una novela para público adolescente. Es un policial,
forma parte de una saga y estoy muy contenta con el resultado.
En el área audiovisual, acabamos de escribir a tres manos una serie de
televisión, un thriller que se trasmitirá en Colombia a
mediados de este año, aborda una temática interesante y estoy convencida de que
dará mucho de qué hablar.
El próximo mes iniciaré un nuevo proyecto para televisión, es una serie
biográfica que escribiré junto a dos reconocidos libretistas.
¿Algo más que quieras contarnos?
Sí, parte de mi corazón se quedó en Argentina, mi compañero de vida
es argentino, me lo traje de prestado a Colombia pero tenemos toda la intención
de volver. Es posible que mi próximo escrito sea bendecido con vientos
bonaerenses. Mis sueños están por esos lares, espérenme.